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miércoles, 27 de enero de 2010

EL DÍA EN QUE EL NUEVO REINO DE LEÓN FUE INDEPENDIENTE


Hoy hace 199 años entró a la ciudad el insurgente Mariano Jímenez, lugarteniente de Miguel Hidalgo para promover en estas tierras regias la independencia nacional. Residió aproximadamente un mes hasta que tuvo que abandonar la ciudad para unirse al cura Hidalgo y a Ignacio Allende en la villa del Saltillo. Pero ¿quién era este enigmático personaje que de pronto llegó a iluminar estas regiones con el grito de libertad?.


Nació en la ciudad de San Luis Potosí el 18 de agosto de 1781. Se gradúo como ingeniero en minas en el Colegio de Minería de México en el año de 1804, estableciéndose posteriormente en la ciudad de Guanajuato, se dedicó al ejercicio de su profesión donde estuvo al tanto de los brotes del movimiento insurgente encabezado por el cura Miguel Hidalgo, presentándosele a éste después de la toma de la Alhóndiga de Granaditas.


Sus méritos, su disciplina y su lealtad le valieron un rápido ascenso. A principios de octubre ostentaba el grado de coronel y para finales de ese mismo mes había ganado ya el de teniente coronel. La victoria que las fuerzas insurgentes obtuvieron en el Monte de las Cruces se debió, en mucho, a la dedicación y los conocimientos que Jiménez desarrollo por su profesión de ingeniero. Por órdenes de Hidalgo, Mariano Jiménez viajó a la ciudad de México en misión pacífica, para solicitar al Virrey la entrega de la capital al movimiento independentista, pero lo único tuvo en respuesta fue la amenaza de repelerlo violentamente si no se retiraba.

Participó en las acciones de armas Aculco y en la defensa de Guanajuato junto a Ignacio Allende y Juan Aldama. Tras sumar méritos militares, ascendió a capitán general. Fue comisionado para extender la rebelión en las Provincias Internas de Oriente, de las cuales formaba parte el Nuevo Reino de León. Tras haber derrotado a Cordero en Aguanueva y a Ochoa en el puerto del Carnero, entró a la ciudad de Monterrey el 26 de enero de 1811 entre vítores y vivas de los habitantes de esta ciudad. Una vez instalado en estas tierras proclamó la independencia del Nuevo Reino de León y formó un gobierno autónomo a la corona española nombrando a José Santiago Villarreal gobernador de la provincia.

Enterado de la derrota de Hidalgo y Allende en Puente Calderón, cerca de Guadalajara, Jiménez se reunió con los demás hombres del movimiento en la ciudad de Saltillo en marzo de 1811 y con ellos se dirigió rumbo a Estados Unidos, según el plan trazado. Tras un breve peregrinar por los caminos desérticos de Coahuila, fueron sorprendidos en las norias de Acatita de Baján, cerca de Monclova por tropa de Ignacio Elizondo, un militar que había simpatizado meses antes con el proyecto insurgente. Trasladados a la ciudad de Chihuahua, Mariano Jiménez fue pasado por las armas el 26 de julio de 1811. Su cabeza, junto a la de Hidalgo, Allende y Aldama estuvo expuesta en la Alhóndiga de Granaditas en una jaula a manera de advertencia de la autoridades virreinales hacia los adeptos a la causa insurgente hasta 1821. Su cuerpo fue sepultado en el cementerio de la Tercera Orden de San Francisco en la ciudad de Chihuahua inmediatamente después de ser fusilado, para posteriormente ser llevado a la Catedral Metropolitana de la ciudad de México en 1824, y ser actualmente su destino final la Columna del Ángel de la Independencia, lugar en donde se honran a los héroes nacionales.


lunes, 11 de enero de 2010

El primer gran proyecto industrial regiomontano: la Cervecería Cuauhtémoc

Por causa de los últimos sucesos relacionados a la venta de FEMSA cerveza a la empresa holandesa Heineken, me propuse comentar con ustedes los orígenes de este gigante cervecero de México.

Para el año de 1889, la ciudad de Monterrey vivía dentro de la vorágine del desarrollo, el orden, la paz y el progreso, sellos característicos del gobierno del presidente Porfirio Díaz. Las condiciones económicas y políticas se presentaron en Nuevo León para la creación de grandes industrias. Dos leyes emitidas por el gobierno del estado le abrían las puertas a la etapa de la industrialización regiomontana. La primera del 21 de diciembre de 1888 en la cual determinaba que los giros industriales, con capital mayor a mil pesos, quedarían exentos de pagar impuesto; la segunda, firmada por el gobernador Bernardo Reyes el 22 de noviembre de 1889, concedía exención de alcabalas municipales y estatales hasta por veinte años a las obras de utilidad pública, en las cuales quedaban incluidas las industrias.


Uno de los empresarios más prósperos de la ciudad, José Calderón Penilla, había establecido en la ciudad su fábrica de cerveza llamada “El León”, la cual funcionaba desde el año de 1886 de manera constante. Además dejó constituida en 1887 la sociedad mercantil “José Calderón y Cía.” junto a su amigo Isaac Garza y cuñado José A. Muguerza para seguir ejerciendo la actividad comercial en todas las ramas.


En ese tiempo el señor Calderón planificó con el célebre maestro cervecero José María Schnaider (hijo del fundador de la cervecería de ese mismo nombre), el establecimiento de una gran y nueva fábrica cervecera en la ciudad. La experiencia de Schnaider y la habilidad comercial de Calderón y Compañía, vaticinaban un éxito total de la sociedad. Corría el año de 1889 y la Casa Comercial “Calderón” era la distribuidora para el norte del país de la famosa cerveza Schnaider, producida en San Luis Missouri.


De esta manera comenzaron a reunirse en las oficinas de la Casa Calderón, sitas entre las calles de Padre Mier y Galeana, José Calderón y Penilla, Isaac Garza, José A. Muguerza y José María Schnaider para planear el establecimiento de una innovadora planta cervecera que supliera las necesidades comerciales en Monterrey y sus áreas circunvecinas.


Las primeras oficinas de la Cervecería Cuauhtémoc estuvieron ubicadas en la Casa Comercial Calderón de la calle Padre Mier #88 en el centro de Monterrey, encabezando el proyecto los integrantes de la sociedad mercantil denominada José Calderón y Cía. (José Calderón Penilla, Isaac Garza y José A. Muguerza) y el maestro cervecero José María Schnaider. Desgraciadamente, la muerte sorprendió a José Calderón Penilla el 25 de marzo de 1889 a la edad de 46 años.


Un año después de su muerte, el sueño del empresario regiomontano José Calderón Penilla se hizo realidad. El 8 de noviembre de 1890 sus amigos y compañeros de aventura Joseph María Schnaider, Isaac Garza, José A. Muguerza y Francisco G. Sada, vecino de Saltillo, firman la escritura por la cual crean una compañía anónima con el objeto de establecer y explotar una fábrica de cerveza llamada “Cuauhtémoc”. Finalmente, el gran proyecto gestado en la Casa Calderón dio a luz.

Las instalaciones de la Cervecería Cuauhtémoc se ubicaron al norte de la ciudad, por la salida a Laredo, y se convirtió, por muchos años, en la insignia de la ciudad al ser la primera gran industria establecida en Monterrey a finales del siglo XIX y ser fuente de trabajo para miles de familias mexicanas. Desde noviembre de 1890 hasta enero 2010, han transcurrido 120 años de tradición, expansión comercial y pujanza de una empresa que comenzó con el sueño de unos pocos buenos hijos de estas tierras regias.


jueves, 7 de enero de 2010

PIÑATAS Y MÁS PIÑATAS!

La piñata es un elemento fundamental en las celebraciones decembrinas y cumpleaños en nuestro país, y en general en esta aldea global llamada planeta tierra. Según la raíz latina de la palabra (pignatta) significa "olla frágil".


Los historiadores refieren que el explorador veneciano Marco Polo en su viaje por tierras orientales (específicamente a China) en el siglo XIII vio como creaban figuras coloridas de papel para los festejos del año nuevo chino. Todo parece indicar que fue él el que llevó esta inovación decorativa a Europa.

Su primer uso dentro de las festividades occidentales fue en la celebración de cuaresma, cuando los pueblos cristianos europeos comenzaron a festejar el domingo de resurección, quebrando prtecisamente una olla de barro que simbolizaba al diablo derrotado por Jesucristo en la cruz del calvario y por su resurreción de entre los muertos.

A tierras americanas llegó esta festividad por medio de los misioneros católicos, quienes a través de este medio lograron atraer feligreses, sobre todo indígenas, a las celebraciones cristianas. Años después, la piñata dejo de ser una atracción propiamente religiosa, y se convirtió en el centro de los festejos de los cumpleaños y fiestas onomásticas.

La forma original de una piñata estaba constituida de siete picos, los cuales significaban los siete pecados capitales. La destrucción de la misma siginifica el fin del mal y el triunfo de Dios. Asimismo, la piñata también ha evolucionado en su forma, dejando atrás su aspecto redondo como de olla, y ha tomado, en la actualidad, diversas figuras de personajes infantiles.